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ENOTPO: ¿QUE HAY DETRÁS DEL DISCURSO ESTIGMATIZANTE CONTRA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS? LANATA, BULLRICH Y LA NACION: OPERADORES DE LA OLIGARQUÍA TERRATENIENTE, LOS AGRONEGOCIOS Y LAS MULTINACIONALES EXTRACTIVISTAS.

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Desde el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios manifestamos nuestro repudio y nos declaramos en alerta ante la operación discriminatoria y estigmatizante contra los Pueblos Originarios llevada adelante por el Gobierno Nacional y los medios de comunicación de la derecha argentina.


ENOTPO / 16 de septiembre de 2016

En los últimos meses han proliferado en los medios corporativos de comunicación peligrosos discursos estigmatizantes contra los Pueblos Originarios que manifiestan la ideología razista, xenófoba y discriminatoria de los sectores oligárquicos de nuestra sociedad y buscan reciclar el discurso evolucionista pseudocientífico para criminalizar a nuestros Pueblos y, de este modo, deslegitimar las demandas y reclamos por nuestros derechos.

En el corto período que lleva el gobierno de Macri, su política de ajuste ha favorecido ampliamente a los sectores dominantes en desmedro de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos de los sectores más vulnerables de la sociedad argentina y lo poco que se había construido en materia de políticas de reparación histórica hacia los Pueblos Originarios fue desguazado en cuestión de meses.

En este escenario cada vez más hostil, una vez más debemos alzar nuestras voces en defensa de nuestras identidades y derechos colectivos, atacados nuevamente por personajes siniestros como Jorge Lanata, monopolios mediáticos como La Nación (familia Mitre) y funcionarios públicos, en este caso, nada menos que el Ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich, cuyos discursos tienen como hilo conductor un argumento falso, profundamente discriminatorio y xenófobo, que plantea que los Pueblos Originarios por nuestra propia naturaleza carecemos de inteligencia, somos incapaces e incivilizados. Este discurso tiene como objetivo negar nuestros derechos como Pueblos preexistentes.

Los Pueblos Originarios no somos pobres por una cuestión cultural ni natural (como se pretende instalar desde este discurso mediático). Nuestra realidad actual sólo puede comprenderse a partir del conocimiento de los procesos coloniales que se dieron a nivel mundial a lo largo de los últimos cinco siglos y las consecuencias nefastas que estos acontecimientos significaron para nuestros Pueblos y Territorios. 

Los Pueblos Originarios fuimos empobrecidos y deshumanizados por un proceso de conquista y colonización que aún sigue vigente y que tiene objetivos claramente económicos y geopolíticos. La usurpación y usufructo de nuestros territorios y bienes naturales inició con la conquista española, continuó con la usurpación de nuestros territorios para la conformación de los Estados Nacionales y continúa en la actualidad con la explotación de los recursos naturales por parte del Estado, de los empresarios agro-ganaderos y forestales nacionales y de empresas extractivistas multinacionales. 

Nuestros Pueblos y Territorios fueron usurpados, conquistados, colonizados, evangelizados, saqueados, asesinados, violados, esclavizados en nombre del “progreso” y la “modernidad”. Un plan sistemático de exterminio y esclavitud bien planificado, un GENOCIDIO, ejecutado por la oligarquía terrateniente nacional (de la cual el Ministro Bullrich es heredero), con el apoyo económico de las potencias extranjeras quienes también se llevaron su buena tajada. 

En la editorial del diario La Nación, del día 21 de agosto de 2016, con el fin de justificar el Genocidio Originario, proponen hacer un análisis contrafáctico de la “Conquista del desierto” y se preguntan (apelando a una fingida retórica nacionalista) “¿a qué nación del mundo pertenecerían hoy nuestros territorios?”. Como Pueblos Originarios no pasa un día de nuestras vidas sin que nos preguntemos: ¿Cómo sería hoy nuestra vida si nuestras Naciones y nuestras identidades no hubieran sido avasalladas y desmembradas? ¡Podríamos hablar nuestros idiomas y trasmitírselos a nuestros hijos! ¡Viviríamos en paz en nuestros territorios, sin contaminación, sin pobreza! ¡Practicando nuestra espiritualidad libremente! ¡Nuestros cuerpos estarían sanos, sin agrotóxicos, ni pestes importadas! ¡Nuestros muertos estarían con nosotros en nuestros territorios y no secuestrados en museos! 

Ensayando una respuesta a la pregunta que acongoja al diario oligarca de los Mitre, quizás, en principio se puede suponer que si la historia de la conquista no hubiera sido tan violenta y sangrienta, hoy seríamos un Estado plurinacional, más justo, equitativo y más democrático. ¿Por qué el destino de la recién inventada “Nación” Argentina, valía el exterminio de cientos de Pueblos-Naciones milenarios preexistentes? Su progreso es nuestra muerte.

El genocidio es un hecho. ¿Qué clase de militar (si no es uno muy estúpido) emprendería una campaña militar a un desierto, es decir a un lugar donde no hay personas con quien luchar? El discurso se cae por su propio peso. 

En términos concretos, las campañas militares a nuestros territorios implicaron la violación de nuestras mujeres por los soldados del “honorable” ejército argentino, el robo y secuestro de nuestros niños que fueron entregados a familias patricias para tareas domésticas (trabajo esclavo, por supuesto), la destrucción de nuestras familias, pueblos y comunidades, la prohibición de nuestros idiomas y creencias, la imposición del catolicismo como única religión, el reparto de nuestros territorios entre pocas familias oligarcas, la Iglesia, el ejército y los financistas extranjeros.

Dicen que a los Pueblos Originarios nos “resucitaron” para utilizarnos políticamente. También están equivocados. Estamos presentes desde siempre, nunca morimos, y hacemos ejercicio de nuestra propia política. Sin embargo aquellos que pretendan igualarnos y vernos desde una óptica occidental, sin siquiera intentar entender o comprender otras formas y sistemas filosóficos de vida, nunca podrán entenderlo. 

Si el término “originarios” les parece inadecuado, está bien, seamos más precisos: somos los Pueblos y Naciones Weenhayek, Pilagá, Mapuche, Qom, Diaguita, Huarpe, Ranquel, Guaraní, Iogys, Tonokote, Selk’nam, Tehuelche, Kolla, Wichi, Gununakuna, Charrua, Lule, Vilela, Atacama, Sanavirón, Comechingon, Chulupí, Chorote, Chicha, Chane, Moqoit, Guaycuru, Ocloya, Omahuaca, Avipon, Yamana, Yaganes, Quechua, Tastil, Querandí, Tapiete, Tilian, Tilcara, Nivacle, y tantos otros pueblos en proceso de restablecimiento de sus identidades, ni mejores ni peores que otras culturas, simplemente Pueblos y Naciones con cultura propia. Si realmente les interesa conocernos, acá estamos y acá estuvimos desde siempre, en el territorio que caminaron nuestros ancestros, y queremos que nos reconozcan como lo que realmente somos, con todas y cada una de nuestras identidades territoriales. 

No buscamos el cuidado de nadie ni deseamos ser integrados a nada. Queremos reconocimiento de nuestras identidades y derechos como Pueblos preexistentes. Queremos la restitución de nuestros territorios y desarrollarnos en libertad desde nuestra propia cosmovisión en interacción recíproca y complementaria con todos los seres y elementos de la naturaleza, con los animales, los ríos, el monte y las montañas. Allí tenemos todo lo que necesitamos para proyectarnos como pueblos libres. Para ello necesitamos que respeten nuestro derecho a practicar nuestros idiomas, a designar a nuestras propias autoridades, y a organizarnos como lo hicimos siempre, en base a nuestras instituciones políticas, culturales y filosóficas, basados en nuestros saberes ancestrales, en el marco de nuestro derecho a la autonomía.

Los Pueblos Originarios no somos utilizados, ni por populistas ni por liberales. Tenemos nuestras propias organizaciones políticas, tomamos definiciones, establecemos acuerdos y desarrollamos estrategias para el futuro de nuestros Pueblos.

Es cierto que el empobrecimiento al que fuimos sometidos muchas veces ha condicionado nuestras acciones y eso es lo que este Gobierno pretende replicar. Sin embargo, desde el retorno a la vida democrática los Pueblos Originarios nos hemos fortalecido en nuestros procesos colectivos y orgánicos. Muchos todavía vivimos situaciones de extrema vulnerabilidad, pero tenemos memoria y tenemos bien claro a qué sectores representa el gobierno de Macri.

Ellos lo saben. Por eso buscan denigrarnos de cualquier forma, algunos nos tratan como terroristas, otros como incapaces. Nos quieren presos o “educados” (despojados de nuestra cultura), nunca libres. Su objetivo es económico, la explotación y saqueo de nuestros Territorios.

Sin embargo, el camino iniciado es irreversible y nuestros Territorios no se negocian. Nuestras identidades no van a morir, sino por el contrario siguen floreciendo, la memoria de nuestros ancestros Kajfvkvra, Chelemin, Viltipoco, Kallchaki, Guacurarí, Lefxarv, Meguesoxochi, Bartolina Sisa, Tomás Paniri, Tupac Amaru, sigue viva en cada lucha y el legado renace cada día en nuestros territorios, fortaleciendo nuestro espíritu como Pueblos Originarios.

Por todo ello:

- Denunciamos al Ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich por la gravedad de sus expresiones en calidad de funcionario público en las cuales se enorgullece de iniciar una “nueva campaña del desierto, pero no con la espada y la violencia sino con la educación”, reivindicando el Genocidio cometido contra los Pueblos Originarios.

- Repudiamos los dichos del pseudoperiodista Jorge Lanataquien en reiteradas ocasiones se ha expresado de forma discriminatoria y violenta contra los Pueblos Originarios, llamándonos “indios” y calificándonos como “incapaces”, demostrando una completa ignorancia y un desprecio profundo sobre nuestras realidades y derechos. 

- Exigimos al diario La Nación el derecho a réplica (aunque sabemos cuál será la respuesta) por los agravios cometidos contra los Pueblos Originarios en su editorial denominado “La utilización populista de los pueblos originarios”.

- Exigimos al Gobierno Nacional, al INAI y a los organismos de todos los niveles abocados a la política pública para los Pueblos Originarios que respeten y hagan cumplir los derechos de nuestros Pueblos con la debida Participación, Consulta y Consentimiento Libre Previo e Informado a través de nuestras instituciones representativas legítimas, tal como lo manda la normativa nacional e internacional, lo cual no se está cumpliendo. 

Desde el ENOTPO nos declaramos en estado de ALERTA Y MOVILIZACIÓN ante la escalada de expresiones discriminatorias y criminalizantes contra nuestros Pueblos. No obstante, seguimos eligiendo construir y proponemos el Buen Vivir como una alternativa de vida para toda la humanidad, espacio en donde cabemos todos, respetándonos en nuestras diversidades culturales y ejerciendo la reciprocidad y la complementariedad. Convocamos a las organizaciones sociales, a los movimientos populares y a la sociedad en general a hacerse parte de esta lucha por la construcción de una sociedad para todos y todas, con igualdad en la diversidad, por un Estado Plurinacional. 


¡POR MEMORIA, IDENTIDAD, JUSTICIA Y TERRITORIO!

ENOTPO


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