En un pequeño pueblo de Guatemala, miembros de una comunidad originaria han dejado de usar bolsas plásticas y en su lugar han vuelto a usar hojas de plátanos, el Intendente del pueblo apoya la iniciativa y prohibió en la localidad el uso de bolsas plásticas que contaminan el medio ambiente.
Un pequeño pueblo de Guatemala da un ejemplo para todo el mundo. En San Pedro La Laguna, donde viven del turismo, las comunidades indígenas que forman esta sociedad han decidido cambiar las bolsas de plástico por hojas de plátano. La municipalidad apoya la iniciativa y desde este año está penado dar bolsas plásticas.
Históricamente las hojas de plátano fueron para esta región la única forma de trasladar provisiones o para ser usadas como plato para comer. La vieja tradición ancestral hoy vuelve a cobrar vida. El plástico ha contaminado el agua y la costa del Lago Atlitlán, el recurso natural que es el centro de las atracciones turísticas del pueblo.
El alcalde de la pequeña localidad, Mauricio Méndez, quiero erradicar el plástico este año de su territorio, que vive del turismo pero que ha visto cómo esta actividad ha modificado el medio ambiente, fundamentalmente porque todos los productos que se venden en la feria que rodea al lago son entregados en bolsas plásticas.
La mayoría de la población son miembros de la etnia tzutujil que han decidido recuperar su tradición para ayudar a cuidar el medio ambiente de pueblo. “Las hojas de plátano sirven igual que las bolsas y no contaminan nuestro lago. Los clientes ya las piden, así vamos a ser todos más felices”, comenta un carnicero. Una artesana originaria sostiene que aún hay algunos que usan bolsas de plástico, pero que entre todos hacen fuerza para que dejen de usarlas y entreguen sus productos en bolsas de plátano porque “son mejores para el medio ambiente”
Se estima que en el mundo hay entre 500.000 millones y un billón de bolsas de plásticos que tardan entre un siglo y diez siglos en degradarse, constituyendo uno de los residuos más usados y más contaminantes de nuestro planeta. Muchos países en el mundo ya le han declarado la guerra al plástico, como Francia, y recientemente el gobierno porteño comunicó que a partir del 1 de enero los supermercados ya no entregarán más bolas de plásticos.
El caso del pequeño poblado indígena de Guatemala marca un ejemplo de cómo las raíces ancestrales deben ser recuperadas y usadas en nuestra época, ya que se tratan siempre de buenos hábitos ambientales. El alcalde de San Pedro con las multas que aplicará a los comerciantes que sigan entregando bolsas de plástico, especificó que no quiere recaudar dinero sino “minimizar los graves perjuicios que el exceso de este tipo de productos están generando en el ambiente y en el lago”