"La producción del Delta se está muriendo y los gobiernos siguen sin dar una discusión honesta y técnica sobre los humedales; hay campos que están inundados desde hace 24 meses, que quedaron bajo 3 metros de agua, y los trabajadores terminan migrando hacia los asentamientos precarios de las grandes ciudades", comenta Armando Cadopi, Lic. en Tecnología de Alimentos y becado en Harvard, quien además cria búfalos en forma orgánica en Ibicuy (Entre Ríos), en un campo que hace dos años está inundado.
"El boom sojero de los últimos 10 años hizo que se construyeran 5 mil kilómetros de diques y caminos sin control ambiental en el Delta, y a eso se sumó el endicamiento por urbanización en Villa Paranacito; el Estado estuvo y sigue estando ausente; hay falta de voluntad para promover una producción sustentable", comenta Armando Cadopi, Licenciado en Tecnología de los Alimentos, becado en Harvard y vecino del Delta.
La situación en el Delta es preocupante, la soja, la canalización clandestina y los desarrollos inmobiliarios han puesto en jaque a un ecosistema que ha visto cómo sus humedales se han invadido de modificaciones que alteran su equilibrio natural.
"La producción del Delta se está muriendo y los gobiernos siguen sin dar una discusión honesta y técnica sobre los humedales; hay campos que están inundados desde hace 24 meses, que quedaron bajo 3 metros de agua, y los trabajadores terminan migrando hacia los asentamientos precarios de las grandes ciudades y engrosando los cordones de miseria", Cadopi traza un panorama desolador de la vida en el Delta, es además propietario de un campo en donde cria en forma orgánica búfalos. Hace un año que su campo está inundado, y toda su capacidad de producción parada.
Hace tres años que él, junto con otros propietarios y vecinos de Ibicuy han invitado al dirigente rural Alfredo de Angelis, pero el otrora defensor de la producción entrerriana, ha declinado la invitación, una y mil veces.
El punto central del problema es el relleno de los humedales, creando terraplenes que la naturaleza no dispuso. Con las lluvias las consecuencias son previsibles: sin capacidad para absorber el excedente de agua, las inundaciones se hacen sentir en todas partes y sobreviene la creencia de que la culpable es la naturaleza con sus lluvias, cuando es todo lo contrario: es el hombre quien modifica las únicas contenciones que la naturaleza tiene para evitar inundaciones: los humedales.
"El agua no se va más y todo se pierde: hacienda, alambrados, puestos y corrales. Todo el proyecto", afirma Cadoppi. Más al sur, en Campana en la cuenca del río Luján la ambientalista Adriana Anzolín denuncia el avance de desarrollos inmobiliarios que han “cubierto 700 hectáreas de humedales de un total de 1.100. Todo se inició en los 90 con la construcción de Nordelta”
Nordelta se construyó rellenando humedales. Lo que hoy es un barrio privado de alto poder adquisitivo, hasta la década del 90 fue un ecosistema que equilibraba la flora y fauna nativas, y contenía los excedentes hídricos, hoy el poder inmobiliario ha destrozado todo esto.
"El barrio San Sebastián que está en la ruta 9 y Río Luján, se levantó sobre la mitad de la planicie de inundación del Río Luján; todo ese extenso terreno se rellenó y cuando el río desborda se produce un enorme embalse que no escurre más", describe Anzolín, quien recuerda lo que sucedió en Estados Unidos en 2005 con el Huracán Katrina, gran parte de las muertes y los destrozos estuvieron relacionados con la construcción de canales, diques clandestinos, y rellenos de humedales.
Los desarrollos inmobiliarios que no se detienen desde la década del 90 son los principales culpables del desarreglo ambiental en el Delta y la Cuenca del Río Luján. Organizaciones ambientalistas de Pilar, Escobar y Campana se han unido para visibilizar esta problemática con caravanas, asambleas y denuncias judiciales.
Un caso ejemplar es el proyecto inmobiliario "Puerto Palmas Pueblo Ecológico". En Mayo presentaron una denuncia a la Jueza Federal de san Isidro Sandra Arroyo Salgado que interviniera en el caso y ordenara la paralización de la construcción de este barrio privado. La magistrada aún no ha efectuado un dictamen, pero la Administración de Parques Nacionales consideró que “amenaza con fragmentar el humedal de la Reserva Otamendi” El año pasado una Ordenanza del Concejo Deliberante de Campana determinó que el área de los humedales del Río Luján no era urbanizables.
Otro de los aspectos que preocupan es la presencia de lugares sagrados para los pueblos originarios que hoy se hallan amenazados por los desarrollos inmobiliarios, hace mil años que donde hoy se levanta el Barrio Santa Catalina, en el cruce de las rutas 8 y 26 descansan restos ancestrales del pueblo guaraní. “Sarandí” fue otro cementerio indígena que quedó sepultado por Nordelta. Punta Qurandí, a orillas del arroyo Garín, en Tigre es uno de los pocos lugares sagrados que quedan en pie, aunque cada día tiene a las maquinas topadoras más cerca, listas para levantar otro barrio de fantasía donde personas acaudaladas pagan por estar cerca de un árbol.
Fuente: El Federal