Consolidados los últimos beneficios impositivos otorgados por el macrismo a las compañías que desarrollan minería en el país, 17 empresas extranjeras arribaron con el único objetivo de extraer el metal. Argentina, otra vez, viste el traje de mero proveedor de materias primas. El grueso de los privados pertenece a Canadá aunque también hay participación de corporaciones australianas y estadounidenses. El hidrogeólogo Fernando Díaz fue contundente al carterizar sintéticamente los impactos de la minería de litio: “Hay que estimar que por cada tonelada de litio extraída se evaporan alrededor de dos millones de litros de agua. Esta es una evidencia de que la minería de litio en salares no es más que una minería de agua”.
Ayer perspectiva, hoy realidad. Hasta hace menos de un lustro, las especulaciones en torno a la expansión del negocio del litio daban cuenta del eventual protagonismo de Argentina en la explotación del recurso.
Esto, claro, a partir de la escasez del material a nivel global y la constatada riqueza local. Quita de retenciones mediante, puede afirmarse que la fiebre por el mineral oculto debajo de los salares domésticos ya es un estadio dominante.
En ese sentido, un documento confeccionado por la Secretaría de Minería al que tuvo acceso Adelanto 24 expone que, tras los últimos beneficios impositivos otorgados por el macrismo a las compañías que desarrollan minería en la Argentina, 17 empresas arribaron al país durante 2016 sólo con el único objetivo de extraer el metal.
El grueso de los privados pertenece a Canadá aunque también hay participación de corporaciones australianas y estadounidenses. Las 17 en cuestión integran un grupo de 22 mineras que se instalaron en el mercado vernáculo a lo largo del año pasado.
En detalle, las firmas que vinieron por el litio:
Albermarle Corporation, de Estados Unidos y con proyecto iniciado en la provincia de Catamarca.
PepinNin Minerals. Australiana, con activos en Salta.
También de Australia, instalada en La Rioja.
Everlight Resources. Australia, con presencia en Salta.
Neo Lithium, de Canadá y con obras a iniciar en Catamarca.
Regent Resources. Canadiense, presente en Catamarca.
Millennial Lithium. De Canadá, instalada en Salta.
Advantage, canadiense también en Salta.
Southern Lithium. De Canadá, en Salta.
Ganfeng, también en Salta. Origen: Canadá.
SQM: canadiense, en Jujuy y con participación en el negocio del litio chileno.
Argentina Lithium, de Canadá y presente en Salta.
Lithium X: canadiense, en Salta.
Lithium S: canadiense, en Jujuy.
Alba Minerals. También de Canadá, con proyecto en Salta.
Trans Pacific Minerals. Australiana, en La Rioja.
Dark Horse. De Australia, con operaciones en Río Negro, Córdoba y San Luis.
De acuerdo al sitio especializado EconoJournal, las mineras en cuestión todavía no dieron a conocer montos totales de inversión ni plazos de trabajo.
El mineral en cuestión es observado dentro de las filas de Cambiemos como un activo estratégico para reposicionar una actividad minera que despegó con fuerza durante los años del kirchnerismo. El litio es considerado un compuesto clave para el desarrollo de baterías tanto para automóviles como para todo tipo de dispositivos electrónicos.
Junto con Chile y Bolivia, Argentina posee más del 70% del litio que existe en el planeta. En los últimos años, las automotrices fueron las principales interesadas en las reservas constatadas sobre todo en la zona de la Puna.
En ese sentido, Renault -vía una asociación con la también francesa Eramet-, y Mitsubishi en alianza con Exar, ya controlan áreas ricas en el compuesto en provincias como Jujuy y Salta.
En lo que hace a las particularidades del compuesto, vale decir que el litio se concentra básicamente en zonas de salares, y su extracción consiste en el bombeo de una salmuera -o sea una parte mineral con enormes cantidades de agua- que se acumula bajo dichas superficies. El líquido luego es acumulado en piletas que, sometidas a distintos procesos químicos, originan el mineral que tanto desvela a las tecnológicas.
Este aspecto es presentado por las compañías como ausente de todo riesgo ambiental para el Norte argentino, pero la realidad es que el “boom” del material golpeará de lleno la estabilidad de los ecosistemas de la Puna.
Contactado por Adelanto 24 en abril del año pasado, el hidrogeólogo Fernando Díaz fue contundente al respecto: “Hay que estimar que por cada tonelada de litio extraída se evaporan alrededor de dos millones de litros de agua. Esta es una evidencia de que la minería de litio en salares no es más que una minería de agua”.
Según el especialista, la perforación intensiva derivará en la desaparición progresiva de las escasas lagunas que subsisten en torno a los salares. Esto último, porque el bombeo de la salmuera genera un descenso del agua subterránea de las cuencas de la Puna en general.
Rodolfo Tecchi, biólogo con amplio conocimiento en este tipo de minería, tampoco ocultó los efectos nocivos de una explotación que ahora se alienta desde el Gobierno. “Por un lado, se verá afectada la superficie de la costra del salar, porque la obtención del mineral implica la construcción de piletas de evaporación que, en conjunto, pueden sumar entre 300 y 600 hectáreas de superficie”, destacó.
Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido comentarios respecto del destino de los compuestos químicos que se utilizan para separar el litio de la salmuera que encierran los salares. Es evidente que las posibilidades económicas que abre el mineral seducen a los funcionarios más que los potenciales daños al medioambiente.
Al respecto, un informe de la consultora Allied Market Research estima que el mercado mundial de las baterías de litio podría acercarse a los 46.000 millones de dólares en 2022.
En tanto, compañías como Tesla prevén que en la próxima década desarrollarán hasta 500.000 vehículos eléctricos por año. Ejecutivos de la firma anticiparon que tal ritmo de producción demandará la compra de todo el litio que posean territorios como el nuestro.
“Argentina tiene la posibilidad de marcar la diferencia en el aspecto energético del mundo de acá a una o dos décadas ¿va a dejar pasar la posibilidad? No podemos ser tan necios de desaprovechar una riqueza única. Esa es la dirección que ha tomado el Gobierno, con decisiones a largo plazo. La expansión de la extracción del litio será una marca de esta gestión”, sostuvo ante Adelanto 24 una fuente del Ministerio de Energía y Minería.
No existe duda alguna de que la política del macrismo apunta al protagonismo minero. Y con énfasis en la mera actividad extractivista. Hasta el momento, ninguno de los actores que ha desembarcado en la actividad local para explotar el litio avanzó con iniciativas domésticas inherentes al procesamiento o aprovechamiento industrial del mineral.
Argentina, otra vez, viste el traje de mero proveedor de materias primas. Queda claro que, en términos de política económica, nada ha cambiado demasiado.
Fuente: Adelanto 24