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El descubridor de la fosa dio detalles de cómo fue el hallazgo que permitió recuperar los restos de 117 desaparecidos.

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Juan Carlos Díaz cuenta por primera vez cómo localizó el Pozo de Vargas


Foto de Atilio Orellana


TESTIMONIO INÉDITO
Por primera vez habla el ex guerrillero que descubrió el Pozo Vargas
Juan Carlos Díaz, ex guerrillero del movimiento de los Uturuncos, develó en exclusivo a Documento cómo se descubrió el Pozo de Vargas y habló de otros enterramientos clandestinos que estarían ocultos en la provincia

Juan Carlos Díaz tiene hoy 80 años y todavía recuerda con lucidez sus años de guerrillero en el movimiento de los Uturuncos (palabra en quechua que significa ‘hombre tigre’) en el marco de la llamada resistencia peronista, a fines de los años 50, cuando colocaban bombas, repartían panfletos y participaban de una radio móvil para lograr el regreso de Juan Domingo Perón al país, en ese entonces exiliado en España.

Al “ciego” Díaz, como le decían sus compañeros, también le tocó atravesar otra etapa de la historia que lo marcó para siempre: los sangrientos años de la última dictadura militar del ’76. Aferrado a su militancia, a comienzos del año 2000, Díaz inició una búsqueda que muchos ocultaban y otros temían: el lugar donde los militares habían arrojado los cuerpos de las miles de víctimas desaparecidas en la provincia, entre ellos sus compañeros de militancia peronista.

Por primera vez, después de 17 años de silencio, Díaz decidió dar su testimonio a un medio tucumano para contar cómo descubrió el ahora conocido como el Pozo de Vargas, y que en 14 años de investigación de la Justicia Federal se convirtió en una de las mayores evidencias de la masacre que los militares quisieron ocultar y no pudieron. Allí, ya se rescataron 117 cuerpos humanos, de los cuales 87 ya fueron identificados..

En una entrevista exclusiva con Documento, el comandante Uturunco –como le gusta que lo llamen- recuerda con precisión el momento en que dos hombres (un ex policía y un chofer de la gobernación de Tucumán durante el gobierno de Bussi), le pidieron que consiga dos millones de dólares a cambio de develar dónde estaba ubicado ese pozo, del que decían en ese entonces que “fue tapado por Bussi y en su interior había cerca de 800 personas”, según el propio relato de Díaz.

Lejos de concretarse la tan ansiada suma millonaria por parte de los informantes (aunque hubo algunos intentos de dirigentes peronistas de reunir ese dinero), Díaz acudió a una estrategia más casera para lograr que hablaran. Contó que un día “Tuty” Mansilla, uno de ellos, fue a su casa un poco ebrio, había tomado whisky, entonces se le ocurrió ofrecerle más de esa bebida. En esa “embriagada” conversación, Díaz logró saber la zona donde se encontraba ese pozo.

Así, el comandante Uturunco fue hasta la avenida Francisco de Aguirre al 4.000, donde conoció a Santos Molina, un changarín de la zona de la finca de Vargas, quien fue el que le reveló la ubicación exacta del pozo que luego se denominó Pozo de Vargas.

Una vez que Díaz y la antropóloga Patricia Cárdenas lograron precisar la ubicación del pozo y detectar la presencia de calcio en el lugar, el comandante Uturunco fue a contarle sobre este importante hallazgo a jueces federales, políticos y al propio gobernador en ese entonces, Julio Miranda, pero no tuvo apoyo de ninguno de ellos para realizar la denuncia. “No me dieron bolilla”, dijo en su propio relato.

Fue el dirigente peronista Enrique Romero, quien realiza formalmente la denuncia en febrero de 2002 en la Justicia Federal.

Otros enterramientos clandestinos

El ex guerrillero del movimiento de los Uturuncos también develó otros enterramientos clandestinos que estarían ocultos en distintos puntos de la provincia y de los que nadie se animó a hablar a 41 años del horror. Se trata de dos pozos en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga: uno frente a la ruta nacional Nº9 y el otro en la parte trasera del predio militar; otro en el Barrio Oeste II y una fosa común en una localidad del sur de la provincia.

En este programa especial del 24 de Marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, también te mostramos la síntesis de dos informes especiales que Documento realizó en diciembre pasado, en el Pozo de Vargas y en las fosas comunes del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, dos lugares emblemáticos de la masacre de la última dictadura militar.

Juan Carlos Díaz rompió el silencio a sus 80 años acerca de cómo se descubrió el Pozo de Vargas. El descubrimiento se concretó gracias a su aporte fundamental. Fue gracias a él, en definitiva, que se localizó la fosa en donde se arrojaron los restos de 117 personas.

Díaz fue guerrillero del movimiento de los Uturuncos durante la "resistencia peronista" de fines de los 50. Reveló en una entrevista al programa 'Documento'─emitido por Canal 10─ cómo fue que encontró el lugar.

A comienzos del 2000, Juan Carlos inició una búsqueda que muchos ocultaban y otros temían: el lugar donde los militares habían arrojado los cuerpos de las miles de víctimas desaparecidas en la provincia, entre ellos sus compañeros de militancia peronista.

Después de 17 años de silencio, Díaz decidió dar su testimonio a un medio tucumano para contar cómo descubrió el ahora conocido como el Pozo de Vargas, y que en 14 años de investigación de la Justicia Federal se convirtió en una de las mayores evidencias de la masacre que los militares quisieron ocultar y no pudieron. Allí, ya se rescataron 117 cuerpos humanos, de los cuales 87 ya fueron identificados..

Díaz relató en su testimonio que se las ingenió para emborrachar a "Tuty" Mansilla, uno de los dos hombres (un ex policía y un chofer de la gobernación de Tucumán durante el gobierno de Bussi) que le pedían dos millones de dólares a cambio de develar dónde estaba ubicado ese pozo. Por disparatado que pueda sonar, fue con Whisky que consiguió sacarle la valiosa información que lo llevaría a Francisco de Aguirre al 4000. 

Junto con la antropóloga Patricia Cárdenas lograron precisar la ubicación del pozo, pero en ese momento, Díaz recibió indiferencia como respuesta “No me dieron bolilla”, dijo sobre el gobierno de Julio Miranda. La situación cambió cuando el dirigente peronista Enrique Romero realizó formalmente la denuncia en febrero de 2002 ante la Justicia Federal.

El sitio tucumano Documentotv.com realizó un informe en video por el 24 de Marzo que presenta una síntesis de dos informes; uno acerca del Pozo de Vargas y otro de las fosas comunes del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, dos lugares emblemáticos de la masacre de la última dictadura militar. Mirá el material en el video a continuación:



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