Están acostumbrados a destruir montañas. Se dedican a eso, a extraer oro y minerales de sus entrañas. Y para hacerlo no sólo cuentan con máquinas, trabajadores, tecnología y expertos internacionales. También, por supuesto, con mucho dinero y capacidad de lobby. Son estas las herramientas que les permiten perforar otras estructuras: la de los poderes de los Estados, generalmente más permeables que las montañas y más contaminadas que los ríos que las empresas mineras también se dedican a destruir.
¿Pero qué pasa cuando no alcanzan los billetes ni las influencias para avanzar en sus proyectos? ¿Qué sucede cuando enfrente hay personas, organismos o instituciones que, pese a presiones y amenazas, se mantienen firmes?
Un ejemplo y un principio de respuesta -temporaria, porque habrá que ver cómo sigue la historia- puede encontrarse en la reacción de Barrick Gold respecto a la causa que investiga violaciones a la Ley de Glaciares en los emprendimientos mineros Veladero y Pascua Lama.
La “noticia” que en los últimos días “se repitió” fue que la minera canadiense, a través de su director ejecutivo, Fernando Giannoni, pidió la recusación del juez federal Sebastián Casanello por "prejuzgamiento inadmisible, una marcada animosidad en contra de Barrick y una clara parcialidad en favor de la Asamblea Jáchal No Se Toca”.
Como Casanello rechazó la acusación, ahora será la Cámara Federal porteña quien tenga la última palabra.
Pero la “noticia” que no circuló es que, hace poco más de un mes, la Cámara rechazó otro pedido de nulidad de la causa presentado por Barrick e instruyó a Casanello a seguir investigando. Significó un nuevo revés para la minera, que desde un principio puso trabas en la investigación: ya cuestionó, sin éxito, la competencia del juez, la constitución como querellante de la Asamblea de Jáchal No se Toca y hasta el peritaje del reconocido hidrogeólogo estadounidense Robert Moran, quien tras su visita a la mina, además de revelar que se le negó información, confirmó que “Veladero está construida sobre ambiente periglaciar” y que “cuando deje de operar, la roca de desechos que permanezca va a seguir contaminando el agua”.
En ese sentido, el escrito presentado hace unos días por Barrick aparece como un manotazo más de una empresa que, por primera vez, ve que corren riesgo sus proyectos. El propio juez manifestó en abril pasado que “la producción de eventos contaminantes, no uno sino varios, obliga a considerar de modo definitivo su cierre pues son los hechos en su más cruda realidad lo que demuestran que las medidas de prevención fracasaron y los pronósticos fueron equivocados".
“Están desesperados porque en esta causa lo que se está reconstruyendo es la Ley de Glaciares y ellos saben que la violan. Por eso están buscando todas las formas de frenarla, a pesar de que ni siquiera son parte en el expediente, porque esta es una causa penal en la que se están investigando las complejas maniobras que se llevan adelante para incumplir la ley”, dice Enrique Viale, abogado de la Asamblea Jáchal No Se Toca, único querellante de una causa “histórica”, con más de 30 testimonios y en la que fueron llamados a indagatoria ex funcionarios de la Secretaría de Ambiente, de la Administración de Parques Nacionales y del Instituto Argentino de Nivología y Glacilogía (IANIGLA).
La contracara es la causa que en San Juan -por decisión de la Corte Suprema, que decidió desdoblar la competencia- lleva adelante el juez Pablo Oritja, encargado de juzgar la responsabilidad de los funcionarios provinciales y de los directivos de Barrick Gold en el mayor derrame de cianuro en la historia argentina. Pese a que no se conoce la cifra exacta del accidente del 13 de septiembre de 2015 (fueron millones de litros de solución cianurada y otros metales pesados que se vertieron en el Valle y el río Potrerillos) y que volvieron a repetirse fugas en 2016 y 2017, Oritja decidió que Veladero vuelva a funcionar en junio pasado. Por otra parte, rechazó el pedido de los asambleístas para presentarse como querellantes.
“La parte provincial es una muestra evidente de lo que pasa, a lo que están acostumbrados. Oritja les garantiza impunidad y las causas no avanzan”, apunta Viale, para quien “sería un escándalo si se acepta la recusación a Casanello, porque eso ya significaría que Barrick elige directamente a los jueces que quiere”.
“Acá lo que no se dice es que están queriendo reflotar el proyecto Pascua Lama, que del lado argentino ocupa el glaciar Toro 1, que mide menos de una hectárea”. ¿A qué se refiere Saúl Zeballos, de la Asamblea Jáchal No Se Toca?
“La Ley de Glaciares dice que se deben inventariar todos los cuerpos de hielo sin importar su forma ni su dimensión. Sin embargo, en el manual trucho realizado por IANIGLA y avalado por el Ministerio de Ambiente, se modifica la ley y dice que se van a inventariar sólo los cuerpos de hielo superiores a una hectárea. De eso justamente se agarra Barrick para dejar afuera el glaciar Toro 1 y que se pueda hacer la obra de Lama”, dice Zeballos, quien además agrega que “del lado chileno, la obra también está detenida por sentencias judiciales, ya que se detectaron al menos 21 faltas graves al medioambiente”.
Consultado por este y otros temas, desde Barrick respondieron que “los emprendimientos Veladero y Lama han sido debidamente auditados conforme al artículo 15 de la ley 26.639 de presupuestos mínimos de protección de glaciares, y se concluyó que sus actividades -actuales y proyectadas- no afectan directa ni indirectamente ninguna de las geoformas existentes en los ambientes glaciares y/p periglaciares protegidos por esta ley”.
Desde el departamento de Prensa también negaron responsabilidad de la minera canadiense respecto a otro tema que alarma en Jáchal y otras poblaciones cercanas a Veladero: los altos niveles de mercurio detectados en el agua para consumo humano, según estudios realizados por la Universidad Nacional de Cuyo, de Mendoza, y la Universidad Católica de Cuyo, de San Juan.
“Mientras que el máximo de mercurio establecido, según el Código Alimentario Argentino, no puede superar un microgramo por litro, en julio los niveles alcanzaron los 4 microgramos por litro, y 3 en agosto”, denunciaron desde la Asamblea Jáchal No Se Toca, desde donde vienen reclamando al municipio los resultados de septiembre y una explicación sobre los motivos que no llega.
Si bien este incremento representa hasta un 300 por ciento más de los niveles de mercurio permitido, desde Barrick insistieron que “los incidentes ocurridos en Veladero y comunicados a las autoridades de control fueron mitigados y controlados. Asimismo, los monitoreos realizados por la compañía, por la autoridad y por terceros demostraron que no causaron ningún tipo de impacto en las personas o a las comunidades”.
“Es que este tema no lo quieren tratar justamente porque Barrick, allá en Veladero, además de los productos principales, como el oro, la plata y otros metales, también produce como subproducto mercurio”, precisa Saúl Zeballos. Y agrega: “En todos los derrames que hubo, confirmado por los estudios, se elevó el nivel de mercurio en el agua superficial, la que llegaba por el río, hasta en un 1000 por ciento. Pero esto del agua de consumo es nuevo, allí no se habían detectado niveles de mercurio. Por eso nos preocupamos. Incluso algunos padres fuimos a las escuelas para que no se consuma el agua de las canillas y eso les generó problemas a las autoridades escolares. Lamentablemente acá en Jáchal es así. Se trata de meter miedo y de que no se hable del tema del agua”.
Por: Maxi Goldschmidt
Fuente: Foro Ambiental(07.11.17)